viernes, 15 de mayo de 2009

KENDUJHARGARH – PALLAHARA 73,41 KM

14-MAYO-09
En Kendujhargarh hay un bonito templo budista que se puede ver desde el corredor del hotel. Sobre las 6 de la tarde escuche música desde la habitación, me asomé a la puerta y pude ver que era en el templo, estaba acabando de escribir estas etapas en el portátil, así que terminé y me fui a dar un paseo en dirección al Templo y después a cenar en un restaurante que parecía limpio. Hay mas hoteles pero creo que donde me alojé es la mejor de las opciones, aunque si no hubiese habitación hay otro unos dos km más adelante casi al final de pueblo con buen aspecto exterior.
Cinco kilómetros después de salir de la ciudad comienza la subida a un puerto con perfil de hasta 5 % la subida más fuerte esta en los dos primeros kilómetros aunque habrá rampas continuas de menos importancia hasta el km 26 más o menos. El tráfico es intenso sobre todo camiones. Hoy aunque se notaba más seco el calor que otros días, tuve la suerte de que una buena parte de la ruta tuviese grandes árboles en las dos orillas de la carretera.

En casi todos los pueblos se abastecen de agua por medio de pozos, en los que está montada una bomba manual de palanca, pero hoy he visto algunos en los que no deben tener esa posibilidad porque lavaban los platos en charcas de la lluvia de ayer al lado de la carretera.

En un punto cruzó la carretera un cerdito de los de raza vietnamita, son de esos que casi les llega la barriga al suelo. Aquí se ven muchas cabras, gallinas, ovejas y las vacas sagradas que siempre están más dentro de la carretera que en los campos, pero cerdos en todo el viaje creo que es el segundo que veo, supongo que es por lo que cuesta mantenerlos, aquí las familias tienen lo justo para comer no pueden permitirse el lujo de desperdiciar comida. Tampoco he visto hasta hoy ni caballos ni burros en los pueblos, es otra cosa curiosa.

En una buena parte del recorrido están instalando un gaseoducto, aquí todo se hace manual, hay mucha gente haciendo trabajos en la zanja para instalar la tubería de gas. Espero que sirva para dar servicio a todos los pueblos de la zona y así evitar que se consuma tanta madera en la cocinas, esta dependencia de la leña para cocinar está causando un grave problema en la india de desforestación, recordar que son más de 1 millón de habitantes.

Hacia el km 25 comienza una bajada que me permitió disfrutar de la bicicleta en descenso durante al menos 25 kilómetros. Hay algún tramo donde se puede bajar a 60 km/h, ahora me tocaba a mi adelantar a los camiones que me habían pasado en la subida al puerto, ellos bajan muy despacio para que no se les calienten los frenos. Tanto en una vertiente como en la otra había muchos camiones varados en la mitad de carretera (más de 20 seguro), no aguantaban la subida de lo viejos que son. En la bajada más larga había muchas y grandes señales de peligro por descenso hechas de cemento, casi todas llevaban un mensaje debajo, aluno muy cachondo como “si estas casado y quieres divorciarte baja rápido” alguno debió de seguir el consejo pues vi más de un camión accidentado.

Desde que salí de Calcuta he visto unos camones como muy nuevos que no llevan caja ni cabina solo la silla del conductor y la chapa que cubre el motor, suelen ir en grupos de cuatro o cinco. Hoy los he vuelto a ver pero todavía con menos piezas, no sabía si es que eran así para hacer algún transporte especial de contenedores o es que estaban a medio fabricar, por cómo eran los de hoy creo que debe ser que una parte del camión lo fabrican en un estado y el resto en otro y para transportarlos lo hacen sobre ellos mismos por carretera.

A las 12 llegue a Pallahara, quería haber llegado hasta Barakot, pero había un error en el mapa y necesitaría hacer 25 km mas, con el calor que empezaba a hacer decidí quedarme en Pallahara. A la entrada del pueblo me aloje en un hotel de mala muerte, pero era lo único que había. Son como unas cabinas en un patio, al principio me dieron una habitación con ventana pero en un par de horas vino el dueño a disculparse pidiendo que me cambiase de habitación porque el recepcionista se había equivocado y esa estaba reservada. Me cambié encantado porque la otra aunque no tenia ventana estaba mucho más limpia. El niño del hotel de unos doce años es muy curioso y no paró hasta que se puso mi casco y mis zapatillas de bicicleta, después me pidió permiso para salir a la calle a enseñárselas a los amigos.

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